CRIOGENIA
Incluso más raro que la refrigeración por cambio de fase es
aquella basada en la criogenia, que utiliza nitrógeno líquido o hielo seco
(dióxido de carbono sólido). Estos materiales son usados a temperaturas
extremadamente bajas (el nitrógeno líquido ebulle a los -196ºC y el hielo seco
lo hace a -78ºC) directamente sobre el procesador para mantenerlo frío. Sin
embargo, después que el líquido refrigerante se haya evaporado por completo
debe ser reemplazado. Daño al procesador a lo largo del tiempo producto de los
frecuentes cambios de temperatura es uno de los motivos por los que la
criogenia sólo es utilizada en casos extremos de overclocking y sólo por cortos
periodos de tiempo.
Claramente cada método de refrigeración tiene ventajas y
desventajas. Algunos son caros y bulliciosos, otros no lo suficientemente
poderosos, algunos requieren de instalaciones complejas e incluso existen
aquellos que pueden dañar el procesador. Buscando crear un disipador (cooler)
barato, silencioso y altamente confiable capaz de disipar efectivamente el
calor de incluso los procesadores más demandantes de gama alta, Tecnologías
Avanzadas Kronos (Kronos Advanced Technologies) dominó un principio físico
antiguo conocido como el efecto de descarga corona.
PROPULSIÓN DE AIRE
ELECTROSTÁTICO Y EL EFECTO DE DESCARGA CORONA
Un nuevo tipo de tecnología de refrigeración ultra-delgada y
silenciosa para procesadores está siendo desarrollada por Tecnologías Avanzadas
Kronos en colaboración con Intel y la Universidad de Washington. En dos años,
esta nueva tecnología podría reemplazar las actuales técnicas de enfriamiento
por ventiladores en notebooks y otros dispositivos portátiles, volviéndolos más
confiables y mucho más silenciosos.
La tecnología de refrigeración que está siendo desarrollada
por Kronos emplea un dispositivo llamado “bomba de viento iónico” (ionic wind
pump), un acelerador de fluidos electrostáticos cuyo principio básico de
operación es la descarga por efecto corona. Este fenómeno ocurre cuando el
potencial de un conductor cargado alcanza una magnitud tal que sobrepasa la
rigidez dieléctrica del fluído que lo rodea (por ejemplo aire) este aire, que
en otras circunstancias es un excelente aislante, se ioniza y los iones son
atraídos y repelidos por el conductor a gran velocidad, produciéndose una
descarga eléctrica que exhibe penachos o chispas azules o púrpura, y que a su
vez moviliza el fluido. La descarga por efecto corona es similar a lo que
ocurre con la caída de un rayo, salvo porque en ese caso no hay un conductor
propiamente tal, la diferencia de potencial eléctrico es tan enorme que los
rayos son capaces de atravesar fácilmente 5 kilómetros de aire, que por lo
general es uno de los mejores aislantes que existen.
El principio de la propulsión de aire iónico con partículas
cargadas por el efecto corona se conoce casi desde el momento en que se
descubrió la electricidad. Una de las primeras referencias a la detección de
movimiento de aire cerca de un tubo cargado apareció hace unos 300 años en un
libro de Francis Hauksbee y muchos pioneros de la electricidad, incluyendo a
Newton, Faraday y Maxwell, estudiaron este fenómeno. En los tiempos modernos la
descarga corona se utilizó de variadas maneras y se aplicó en la industria de
la fotocopia, en algunos sistemas de aire acondicionado, en lásers de nitrógeno
y más notoriamente en ionizadores de aire. Kronos, que desarrolla filtros de
aire de alta eficiencia basados en el efecto corona, intentó adaptar la
tecnología a la refrigeración de microprocesadores. Con la ayuda de N. E.
Jewell-Larsen, C.P. Hsu y A. V. Mamishev del Departamento de Ingeniería
Eléctrica (Department of Electrical Engineering) en la Universidad de
Washington (Washington University) e Intel, crearon varios prototipos
funcionales de un disipador (cooler) de CPU basado en el efecto corona, que
puede enfriar efectiva y silenciosamente una CPU moderna.
El disipador de efecto corona desarrollado por Kronos
trabaja de la siguiente manera: Un campo eléctrico de gran magnitud es creado
en la punta del cátodo, que se coloca en un lado de la CPU. El alto potencial
de energía causa que las moléculas de oxígeno y nitrógeno en el aire se ionicen
(con carga positiva) y creen una corona (un halo de partículas cargadas). Al
colocar un ánodo unido a tierra en el lado opuesto de la CPU se hace que los
iones cargados en la corona aceleren hacia el ánodo, chocando con moléculas
neutras de aire en el camino. Durante estas colisiones, se transfiere moméntum
desde el gas ionizado a las moléculas de gas neutras, resultando en un movimiento
de aire hacia el ánodo.
Las ventajas de los disipadores (coolers) basados en el
efecto de descarga corona son obvias: no tienen partes móviles, lo que elimina
ciertos problemas de confiabilidad, puede refrigerar efectivamente incluso los
procesadores más avanzados y demandantes y opera con un nivel de ruido de
prácticamente cero con un consumo moderado de energía